Luis Miguel: La Serie (Netflix – 2018)
Tengo que confesar que la música y la presencia de Luis Miguel siempre me han parecido irrelevantes, probablemente inevitables y jamás me habría imaginado que cuando alguien le hiciera una «bio-serie» me hubiera llamado la atención.
La verdad es que casi todo lo que produce Netflix recientemente no me despierta interés y sus producciones originales habían comenzado a aburrirme hace un tiempo, también pasé varios días con neumonía y eso me orilló a ponerle play a lo primero que encontrara.
Así fue como comencé a ver Luis Miguel: La serie, la cual hasta este momento ha publicado 3 capítulos y ha regresado del olvido al máximo ícono de la música pop en México, LuisMi, el solecito.
Sin ahondar en los lugares comunes es un hecho que esta serie es entretenida, aunque no deja de ser un melodrama bastante básico pero con un guion funcional y con dos personajes que acabas amando y odiando.
Luis Miguel, por supuesto, es un personaje adorable con la única culpa de ser increíblemente talentoso y me hace pensar que tanta adorabilidad lo vuelve algo plano,¿será que conoceremos su lado más oscuro en algún momento?
Luis Miguel: La serie espera que todos acabemos odiando a Luisito Rey, el papá de Luis Miguel, el cual aparece como el tipo más ambicioso y abusivo del mundo del espectáculo. El enemigo público número uno de las series en streaming.
La verdad es que sin la ambición de este personaje, probablemente Luis Miguel como un producto musical nunca hubiera existido, y por lo tanto, Luis Miguel (la persona) no hubiera podido explotar su autobiografía para que la gente lo quisiera o sintiera lástima, del algún modo.
La figura de Luis Miguel nunca habría sido comprendida, no digo que no fuera amado o deseado, pero esta versión «íntima» del personaje era prácticamente un secreto de las biografías no autorizadas.
En general el montaje de la serie es más o menos decente, sin clavarse en ser una caricatura de los años ochenta, aunque a mi parecer la forma de hablar de los personajes se «siente muy actual» y le faltan ciertos modismos que te hagan sentir realmente en la época.
Por otro lado, los años ochenta en México eran bastante chabacanos, la televisión tenía un espantoso glamour de cabaret, pero fresa y barato al mismo tiempo, personajes como Verónica Castro eran figuras del barrio y aquí a penas y se le puede reconocer y aunque quizás nadie pretendía hacerle un homenaje a la época de oro de Televisa, si parece una versión bastante minimalista del México de los 80.
Luis Miguel: La serie por lo menos se vuelve un poco más honesta mostrando los vínculos de la industria del entretenimiento con el PRI, aunque le da prioridad a un Luis Miguelito que sólo tiene ilusiones de mostrar su talento, su personalidad como artista y librarse de ese padre que lo oprime como intérprete y que lo usa como inversión a corto, mediano y largo plazo.
Hasta el final del tercer episodio por fin Luis Miguel le declara la independencia a su padre y con la mayoría de edad se abre paso como un creador de su propio destino, la serie puede ser entretenida incluso para gente que no es fan de su carrera musical, como yo, pero no deja de ser una producción mediocre contada como un melodrama con sólo 2 personajes más o menos bien delineados (Luis Miguel y su papá), pues el resto no son más que cartones con diálogos.
No puede haber algo más «dominguero» que Luis Miguel: La serie.