Mother! – Darren Aronofsky (2017)
¡En la madre!
¿Será que los seres humanos no somos la obra maestra de dios, sino solamente su más grande error?
Y como tal, quizás dios no es tan perfecto y sólo es increíblemente orgulloso para aceptar esa grave falla que somos.Hechos a su imagen y semejanza, por eso somos tan idiotas, tan dependientes, tan agresivos y sin control alguno de lo que tenemos a nuestro alrededor.
Mother! es la alegoría bíblica de Darren Aronofsky, por un lado es la visión abnegada del personaje de Jennifer Lawrence, la madre (y quién mejor que ella para interpretar a una mujer que a penas puede decir lo que piensa) y por el otro, el poeta, interpretado por Javier Bardem, el dios hambriento de celebridad.
La madre es un personaje puro, ella está llena de vida y creatividad, parece ser un ser que está a punto de explotar de amor, tanto que su mayor abnegación es la realidad misma, ella sólo quiere lo imposible: una vida tranquila cuidando a ese hombre lleno de sabiduría.
Para crear un nuevo mundo toma las cenizas, al contrario de lo que nos han hecho creer, dios no creo el mundo en 6 días, para cuando el horror comenzó, lo hizo ella, la madre naturaleza y tan intempestivo fue todo que ni siquiera había podido dar por terminada su obra cuando ya había sido interrumpida.
Cuando aparece el primer ser humano incómodo de esta historia (Ed Harris) ella pierde toda su voz y él se impone, desde el primer momento no puede creen en la sabiduría de la madre y la ve sólo como una cosa bonita. No se la puede tomar en serio, es tan orgulloso como su creador.
Luego llega la segunda intrusa, (Michelle Pfeiffer) y como intrusos se las arreglan para molestar a niveles bíblicos. Él los necesita, el dios necesita que lo admiren, ha encontrado en ellos lo que ella no pudo darle: emociones frívolas y egoístas, tanto que se obsesiona en cuidarlos, aunque ellos lo traicionen, incluso toma a sus hijos, a sus muertos y a sus culpables.
Mother! es un filme sobre como nuestros horrores internos se siente sobre protegidos por la fe, creer lo resuelve todo, aunque lo complique todo.
Como seres humanos somos los mismos verdugos de nuestra historia, somos nuestra condena: asesinamos a los nuestros, violamos a las nuestras, destruimos todo lo que nos rodea y el dios puede perdonarlo todo, mientras los sigamos adorando.
Un funeral se convierte en festín, ella cada vez es más apagada, opacada y humillada, porque si un lugar tienen las mujeres en las creencias patriarcales es en el silencio. Mientras él, es el más orgulloso de los machos, quiere ser el centro de todo, la abandona por más y más celebridad.
El dios le entrega a sus seguidores lo que a ella le pertenece, incluso a su hijo, los llena de ideas como el bien común y que todo lo que está a su alrededor es de todos, que no se limiten en aprovechar hasta el último recurso.
Su hogar, esa metáfora de nuestro mundo reboza en vida, pero qué es la vida que hemos creado sino un montón de horrores y eso es lo que somos: lo ilógico de la guerra, de los abusos de autoridad o de las agresiones. También las obsesiones y las interpretaciones que hemos hecho de las obsesiones de otros.
Aún así seguimos depositando toda la esperanza en poetas creadores.
¿Qué sería de un dios sin sus fieles?
¿Existe una visión más triste y devastadora que esa?