La flor de mi secreto – Pedro Almodóvar 1995
La realidad es para los periódicos y la televisión
Leo Macías (Marisa Paredes) era capaz de escribir las novelas de amor más rosas del momento, hoy es incapaz de escribir una sola palabra de amor y sólo le salen palabras melancólicas y negras. Bajo el pseudónimo de Amanda Gris vive una aferrada y falsa idea de que el amor es real y es posible, a capricho y a fuerza.
Pero la realidad le supera y lo que siente por Paco (Imanol Arias) le lastima y ella misma se hace daño, se obliga a usar los botines de él, que le aprietan, que le hacen más presente la angustia de un amor que ya sólo vive pendiente en la cabeza.
Aferrada y obstinada a lo que ya no tiene sentido, para Leo la realidad debería estar prohibida, esta es enfermiza y es cruel, ni la piel más dura puede soportar las traiciones reales de aquellos que se piensan cercanos y propios.
Cuando Leo rompe con la cruel cara del amor y la realidad, se siente perdida y sin rumbo, y cuando suelen suceder ese tipo cosas uno vuelve al lugar de origen para tratar de partir de cero desde donde alguna vez se empezó, y a fin de cuentas la vida es ese ir y venir, ese volver a empezar las veces que sean necesarias, aunque duelan y uno preferiría morir.
Aferrarse al amor es obstinarse a la más tonta de las ficciones y a la más agridulce de las emociones, tan diabólica y única que sólo pueden contarse como grandes historias plagadas de un romanticismo imposible. Un amor ficticio es la única escapatoria al amor real, que tiende as ser efímero, traicionero y peligroso.
Amanda Gris es un alter ego portable, lo suyo no es más que una fórmula, es tan falsa como lo que representa. Amanda Gris pertenece a la conciencia colectiva, esa que como especie nos hace caer irremediablemente en las ficciones de amor, de conocimiento o de fe.
Leo se desencuentra con el amor pero se encuentra con un gran cómplice en Ángel (Juan Echanove), un editor de El País que se convierte en su protector, ese apoyo que cualquiera necesitaría cuando está tocando el fondo. Leo es incapaz de corresponderle como él quisiera y no es que simplemente no lo quiera, ella ha perdido la capacidad de amar.
Chus Lampreave y Rossy de Palma aparecen como madre y hermana de Leo, cuando en realidad se siente que ellas ya forman parte de la familia Almodóvar y sus personajes no son más que otros alter egos de sí mismas.
La flor de mi secreto es un filme especialmente grandioso para escritores y contadores de historias, Pedro Almodóvar crea un cine tan personal que habla desde la voz de una escritora, pero en realidad habla desde sí mismo, con una narrativa tan personal que se vuelve abrumadora.
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