Ayer 1 de enero realmente no tenía muchos propósitos para levantarme y vivir, estaba realmente desvelado y cansado, así que no tenía otra alternativa que tumbarme un rato a ver cosas en Netflix y esperar que me ganase el sueño.

Vi que «por fin» estaba el filme Hurricane Bianca, el esperadísimo debut fílmico de Bianca Del Río, probablemente una de las egresadas de Rupaul’s Drag Race con más onda auténtica en el escenario, sobre todo porque en realidad Bianca es una muy buena comediante a la hora del Stand Up.

Voy a ser sincero: no veas Hurricane Bianca, es indefendible y no hay argumento que la ponga por encima de cualquier otra comedia escatológica de la temporada y sí, es un cine de flatulencias y pastelazos, con factura no deducible en risas y con pésimo gusto.

Quiero pensar que Bianca Del Rio es grandiosa en sí misma, cuando no comparte el escenario más que para perrearse a otras drags, como comediante es gloriosa, pero a la hora de convertirla en un personaje pierde gracia y en el caso de Hurricane Bianca no hay ni cómo ayudarle.

La cinta quizás está cargada con buenas intenciones, al tratarse sobre cómo alguien pierde su trabajo por ser homosexual, pero a fin de cuentas si había una moraleja pasará desapercibida, sobre todo cuando Bianca termina jugando más el rol de payaso que de spokesperson.

Hurricane Bianca es una comedia incómoda, innecesaria y sin mucha personalidad, a pesar de tener participaciones de varias chavas de Drag Race y hasta del mismo RuPaul, no veo la forma de decir que me reí, que me provocó algo o que en el fondo la moraleja es lo importante.

Como dato curioso, la producción de la película comenzó mucho antes de que Bianca formara parte del elenco de RuPauls Drag Race y se concretó gracias al premio que Bianca obtuvo en el show.

En fin, también salen Alyssa Edwards y Willam, pero de todas formas es una basura de película.