Series nuevas: HUM∀NS El hogar que yo, robot.

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HUM∀NS (2015)

Somos tan sintéticos como nuestras necesidades burguesas. Llámenme salvaje pero cosas como lavar los platos, los productos de dieta, los pijamas o la ropa interior no son realmente esenciales para la supervivencia; son necesidades creadas para satisfacer un único capricho: el de sentirnos mejor que los demás por darnos «lujos» que nos alejan de nuestros instintos animales. Un lujo como dividirnos entre clases sociales: los que trabajan y dan un servicio y los que se dedican a disfrutar de esos servicios, una relación de poder que intenta justificarse a través de hacer parecer que esos que sirven a otros no son más que meras herramientas para el disfrute ajeno.

¿Sería posible un mundo sin clases trabajadoras? En el que exclusivamente el único objetivo sería hundirnos en nuestras complejas vidas: escoger qué comer hoy, qué color de ropa usar, llorar por un ex-novio que no regresará jamás o cualquier trivialidad que aprovechamos para matar el tiempo y creer que estamos vivos.

640_anitaInternet, las computadoras y los aparatos nos lo resuelven todo: nos llevan, nos traen comida, nos informan, nos informan de más, nos dicen cómo está el clima, así evitamos lo cansado y molesto de tener que asomarnos a la ventana y descubrirlo por nosotros mismos. Es un hecho que cada vez nos hacemos más y más inútiles y le damos más poder a los sistemas computacionales, simplemente les estamos dando toda nuestra información y una de las primeras lecciones en la vida es que el que tiene la información es el que lo controla todo. ¿Qué tanto usas tu teléfono inteligente?, ¿es el asistente personal de tu cerebro?, ¿cuántas cosas das por olvidadas en tu cabeza pero sabes de que de algún modo está todo respaldado en la red?

Y si te dijera que lo que sigue son androides que se ocuparían de hacer por ti todo lo que no quieres hacer o de hecho, reemplazar a las clases trabajadoras y entonces, ya no habría humanos en las fábricas, las granjas, los calls centers, ni siquiera habría enfermeras, prostitutas o personal de limpieza. Como si todo eso fuera degradante para nuestra especie.  Humans (estilizado como HUM∀NS) es una nueva serie producida por el Channel 4 inglés, la tediosa AMC y Kudos. Es un remake de la serie sueca Real Humans, y su setting es lo que aparenta ser un futuro bastante cercano o un presente más sofisticado.

Conozcamos a los Hawkins, una familia británica de clase media, con su carita de nalga como todo los británicos. Los hechos: los dos padres están tan ocupados que son incapaces de hacerse cargo de la casa y de sus tres insoportables hijitos. La solución: comprar una Synth, una asistente doméstica que es más bien una esclava robot que garantiza desayunos perfectos y un hogar tan impecable como los que se ven en la publicidad. A diferencia de Robotina de los Supersónicos, Anita es guapísima y sumamente sospechosa, además es una herramienta que evitará todo el trabajo doméstico, esa incómoda labor que sólo debería estar destinada a infrahumanos sin sentimientos.

En la casa de los Hawkins, Laura, la esposa y madre se siente totalmente desplazada. Anita es más joven y de inmediato los hijos siente más fascinación por ella que por su progenitora, aceptémoslo, la androide es más cool que tu mamá. Ella es incapaz de cometer errores, promete proteger funcionalmente a la familia y por si fuera poco, también esconde un gran secreto, a diferencia de otros Synths, Anita es parte de una generación fabricada con emociones.

Humans retoma elementos de Yo, robot de Asimov y el concepto de «fantasma en la máquina» de Gilbert Ryle para hablar SB-HUMANS-1-660x380del miedo a «lo otro». En el caso de esta serie, Laura no sólo teme a Anita porque puede suplantarla de sus labores maternales, le tiene miedo porque es capaz de robarse el amor de sus hijos. Es un miedo permanente y la única forma de estabilizar la emoción es hacer parecer que «lo otro» es un mero objeto incapaz de generar un sentimiento tan puro y «humano» como el amor. Al fin y al cabo las emociones son más un privilegio que un evento natural, lo demás es instinto animal.

¿Qué pasaría con todas las personas que trabajan si fueran reemplazadas por computadoras amables? ¿de verdad la economía global podría permitirse dejar de depender de las personas y sustentarse totalmente en las máquinas? El lenguaje de las computadoras está programado para ser excesivamente cordial, con la justificación de que eso «lo humaniza». Ahora, ellas lo saben todo y nosotros cada vez las alimentamos más, de modo que siempre estarán hambrientas y nunca acabaremos de saciarlas. ¿Y si las computadoras aprendieran el algoritmo del dolor? Seguramente tomarían venganza, tal y como sucede en The Matrix y en sus explicaciones en The Animatrix, no tienen prejuicios, a menos que eso sea parte de su arquitectura, lo que las hace realmente amenazadoras y ojalá, predecibles.

El paralelismo de Humans nos encara por un lado a la relación que tenemos con las personas que se ocupan de brindar un servicio, sujetos a una condición infame en la que no merecen ser tratados como personas, la esclavitud sólo se legalizo y se sofisticó. Por el otro lado, el fetichismo exacerbado por la tecnología nos ha convertido en prisioneros de su memoria, tendemos a olvidar todo lo que hemos aprendido y a alimentar una bestia que nunca se sentirá llena y el pretexto de la inteligencia artificial nos convertirá en ciudadanos de segunda categoría.

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