Hace a penas un par de días MTV estrenó su revival de la franquicia Scream, ahora en forma de serie de televisión y sin mucho que ver con la cinta original de Wes Craven.
Con sólo un capítulo al aire no hay mucho a lo que apostarle: violencia descafeinada, personajes sin mucho carisma, con unos cuantos homenajes a sus predecesoras, pero fuera de eso es paja pura: un drama adolescente que no se ve nada auténtico. Las comparaciones con Pretty Little Liars serán imposibles: un psicópata acosando a un grupito de adolescentes súper ricos y bonitos, con sus obvias diferencias, el caso es que las cuatro mentirosas de Rosewood llevan seis años al aire y si no fuera por la poquita sangre, esta versión de Scream quedaría como una copia barata (de todo, en general). Y no es que PLL no haya retomado elementos de otras películas como I know what you did last summer o el cine de Hitchcock, lo hace de un modo auténtico y su trama es tan absurda que resulta divertida. Volviendo a Scream, se agotó la franquicia en el cine y la reviven de un modo muy soso, tanto que en realidad resulta innecesaria y aburrida.
Es bastante regular en su manufactura, nunca sientes un inminente peligro y probablemente pasamos más tiempo siendo testigos de otra anécdota de adolescentes viviendo sexo, fiestas, relaciones codependientes, alcohol y paja, mucha paja narrativa con a penas un «asesinato», que no se parece en absolutamente nada a Drew Barrymore muriendo después de que Ghotsface le pregunta, ¿cuál es tu película de terror favorita?
Sugiero evitar y hacer como que esto nunca pasó, probablemente pueda mejorar si por lo menos tuviera asesinatos ligeramente más creativos, degollaran ya a la mitad del elenco y los reemplazaran con Neve Campbell y Courtney Cox.
No, no estamos gritando. Estamos bostezando.