El pasado 5 de junio se hicieron disponibles los 12 episodios de la primera temporada de Sense8, una serie original que se transmite por medio de Netflix y creada por los hermanos Lana y Andy Wachowski (culpables de The Matrix) y el escritor J. Michael Straczynski, hasta el momento sólo he podido ver 3 de los capítulos y debo decir que, por lo menos el planteamiento inicial, es increíblemente emocionante, confuso y un tanto esquizoide, pero dicho del mejor modo posible.
En la historia, ocho personas ubicadas en distintos puntos del mundo están unidas por una conexión que les hace compartir pensamientos, aptitudes y una alucinante capacidad de ser el otro por un momento, la mente se vuelve transgresora de los límites físicos y de la dispersión nace la unidad, es obvio que debería ver todos los episodios para tener un panorama más completo, pero si una serie no te atrapa desde sus primeros capítulos difícilmente lo hará después. Sense8 tiene una extraña sensación: no es una serie didáctica en la que desde el primer momento sepamos todo lo que estamos viendo, de hecho es todo lo contrario, no tenemos idea de por qué está pasando lo que está pasando, y lejos de ser desesperante es como probar un platillo que capa por capa se va volviendo más delicioso y adictivo, con tantos sabores que la lengua se obliga a más.
Probablemente sea un ejercicio un poquito similar a lo que los hermanos Wachowski hicieron con la adaptación del libro Cloud Atlas, teniendo un ensamble de personajes que comparten una sensación en común pero que viven realidades diferentes y paralelas, en el caso de Sense8 vamos pasando por distintas áreas del mundo anglosajón, un toque de Asia y una buena dosis del tercer mundo, México incluido. Probablemente algo que le quita un sentido de realidad a Sense8 sea que toda la narración se lleva a cabo en inglés, quizás si en cada región se hubiera traducido y adaptado el guión original al idioma local de cada personaje la serie se notase más sólida y hubiera brindado una mayor sensación de eventualidad global, la serie apuesta fuerte a la diversidad cultural, racial, sexual y de clase, pero a la diferencia étnica no tanto, todos los personajes hablan un inglés naturalito y fresa.
Por lo menos en los tres primeros episodios, cada uno de los ocho protagonistas tiene una historia independiente, y aunque prometen conjugarse y compenetrarse más entre ellos somos testigos de una variedad de historias y tonos narrativos, lo que puede provocar que no sea tan concreta, pero sí brinda una variedad esquizofrénica: tiene momentos de humor involuntario, drama, thriller y acción, lo cual no está nada mal, es en realidad bastante entretenido y hace que cada capítulo sea una experiencia diferente.
Entre los personajes resaltaré a los que me han provocado más empatía primero, como el caso de Nomi, una hacktivista y escritora política que es también una transexual, probablemente sea el carácter más íntimo y emotivo de Sense8 y esté inspirado en la experiencia de Lana Wachowski viviendo su cambio de género. Sun Bak, una poderosa Godínez coreana que resulta ser toda un arma letal en el kickboxing clandestino y que vive en el día a día una sociedad que simplemente le desprecia por ser mujer. Por otra parte nos encontramos a Riley Blue, una DJ islandesa (como si no amara muchísimo a todos los islandeses simplemente por vivir en el país más bonito y depresivo del universo) y a Capheus, un chofer de un autobús, llamado el Van Damn, en el que los nerds morirían por viajar con todo y que está en una de las zonas más jodidas de Nairobi (y en el mundo entero, dicho sea de paso).
El resto de personajes terminan por parecerme un poco grises, como el caso de Kala, una mujer hindú que se va a casar con un hombre a quien no quiere; Wolfgang, un ladrón alemán de cajas fuertes ubicado en Berlín y también Will, un típico policía gringo culpable de ser demasiado buena persona y atormentado por sus recuerdos. Finalmente dejo a Lito, un actor hispano-mexicano que triunfa en el mundo de las telenovelas y que vive un romance homosexual secreto con uno de los ex integrantes de RBD, probablemente su ventaja sea que ambos se ven muy hot dándose sus besos, pero su anécdota resulta risible y un tanto exagerada, como de telenovela, aunque nos dan un buen eye candy.
Sense8 es una serie que va creciendo, no son capítulos autoconclusivos y la narración en forma de ensamble resulta brillante para tener historias tan dispares, mientras algunos como Nomi, Sun o Capheus viven las presiones de sus propias sociedades otros como el policía Will o la DJ, Riley sufren tormentos personales y están en conflicto constante con ellos mismos. Además, aunque parezca que vamos en diferentes direcciones, Sense8 podría resultar ser un ensayo más sobre lo que nos une como especie humana que de lo que nos hace diferentes: los miedos, las presiones sociales o incluso, los traumas personales y los traumas históricos.
Para terminar esta reseña debo decir que el cierre del tercer capítulo me tenía metidísimo en la narración, con la emoción al borde, un poquito de taquicardia y una sensación única. Los hermanos Wachowski estarán eternamente condenados a ser comparados en cada una de sus producciones con The Matrix, es inevitable, sin embargo a diferencia de la experiencia con Jupiter Ascending quizás esta sí sea una gran y notable franquicia narrativa.
Cool.Its nice to see another alien 3 fan.To me Alien 3 is everything an alien film should beat,rk,disdurbing,and unforgiving.Aliens is a great edge of your seat action film but it just feels out place with the rest of? the series.Its a bit to happy and less dark than the others.Its a shame its Alien 3 is hated for going back to the roots of the series.Its also a real shame that David Fincher disowned the movie because of the backlash.So we will never be able to get a true director’s cut.
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