El día de ayer se transmitió por el canal Logo la final de la séptima temporada de RuPaul’s Drag Race, el que solía ser mi reality show favorito (sospechó que ahora es Cupcake wars), y probablemente haya sido uno de los eventos menos importantes en la historia de la humanidad. Probablemente también debería decir lo mismo de toda la séptima temporada, ya antes había manifestado (cuando a penas habían pasado 4 episodios) que me estaba aburriendo.
Y bien, por fin se acabó el bostezo televisivo en el que sólo pudimos encontrarnos con una selección de casting de hueva y sin novedades en la producción, probablemente sólo dos de los retos me parecieron interesantes: en el que las participantes debían crear la ilusión de estar desnudas (nude realness) y el homenaje a John Waters, el caso es que cuando tienes un elenco sin talento escénico ni gracia para hacer reír, te topas con pared y con un montón de personajes con mucho maquillaje pero un perfil bastante bajo.
No sé a ustedes, pero a mi todas las participantes me parecían aburridas o simplemente chocosas, sin importar lo bien que se vieran como mujeres me caían bastante mal. Viendo la pasarela del episodio final me di cuenta que había olvidado a más del 80% del cast, ¿en qué momento existió una tal Sasha Belle o una Miss Fame?
No sé si ustedes en algún momento se sintieron mínimamente provocados, yo nunca. Padecí muchísimo esta temporada, ya sé que la solución era simplemente dejar de verlo pero en mi caso se convirtió en un hatewatch y probablemente mi única respuesta sea que soy tan fan de RuPaul desde hace tanto que no dudaría en ver cualquier cosa que haga (como ese nuevo show de cirugías plásticas en el canal E!, Good Work o como juez sin peluca ni vestido en Skin wars).

Con respecto al Top 3 de Drag Queens: Ginger Minj, Violet Chachki y Pearl (¡¿quiénes?!) nunca noté un ápice personalidad, estoy de acuerdo que no todas las vestidas deberían ser escandalosas y malvadas, pero estas son bastante simples y en particular Violet me daba un aire a Rossy de Palma meets una Pin up girl, lo cual hubiera estado padre si fuera carismática pero no la soporto en pantalla, es inmamable como inyectarse harina en los ojos.
Qué bueno que se acabó esta pinche temporada.
Creo que tu disgusto por el programa es muy grande que te impide ver otras cosas…si bien es cierto que no tenían la personalidad de bianca del río, para mí si fue un deleite ver la refinez de Violet, o las ocurrencias de Katya y Ginger, y el reto del Snatch game estuvo muy divertido.
Personalmente, creo que sigue siendo un buen reality, quizás sí le falta un poco de reinvensión pero lo importante es que no ha pérdido su esencia…recuerda que no sólo se trata de hacernos reír.
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