La Prohibida – 100k años de luz.

Probablemente lo más importante que me ha sucedido esta semana es el nuevo disco de Amapola López, La Prohibida y es que, mientras espero con impaciencia que sucedan ciertos retos vivo los días tan grises como el clima y hasta que escuché 100k años de luz mi vida se llenó nuevamente de color. De un color violeta tan intenso que de pronto me dieron ganas de vivir nuevamente.

La Prohibida es por mucha la reina del electropop travesti de este y todos los universos conocidos y 100k años de luz, su tercer disco, es quizás el mejor logrado musicalmente de por encima de sus dos materiales anteriores, Señor Kubrick, ¿qué haría usted? del 2009 y Flash del 2005. Lo digo en serio, tiene de todo para no dejar de bailar a la menor provocación: synthpop, dreamwave y electroclash y lo mejor de todo: es sumamente personal e inteligente como una aurora boreal electrónica.

Fenómenos astrales por mucha la canción que más me pone, no hay forma de no quererse travestir con esto, sin importar que seas hombre, mujer o delfín revives en cadena los espíritus de David Bowie, Jem y toda la Electric Light Orchestra y dejas de diferenciar entre el día y la noche, sin importar donde estés sólo hay luces de neón. Es honestamente ochentero, pero no es una farsa, es tan real y artificial como suena. Eres tan travesti y Zapatos de tacón con patas de saltamontes deben ser revelaciones tan personales, La Prohibida nos muestra que su humanidad lleva un montón de maquillaje y que lo suyo es un existencia cinematográfica, de relatos interespaciales, que lo suyo no es de este mundo.

100k años de luz no puede evitar ser high energy, en Mujer de bien La Prohibida nos mete un shot de estrógenos de golpe y no hace más que intensear e ir hacia arriba y dejar claro que ella es una señora de viejas costumbres pero tan temperamental y salvaje que no se aguanta ni ella. La Prohibida es una mujer de mundo y en eso, se deja ir como gorda en tobogán en Internacional, A toi y La publicittà (Un mondo ideale).

Baloncesto es mi segunda favorita, de algún modo me recuerda a su primer disco Flash, por simple pero divertida y atrevida. Del resto, puedo decir que necesito darles más tiempo, ya me gustan, pero necesito marinarlas un poco más en mi interior. La Prohibida tiene todo el amor de mi corazón electrónico de por vida y no quiero dejar de escuchar 100k años de luz (por lo menos en lo que queda del mes).