Netflix, ¿qué?
Ya no es noticia que las series producidas y distribuidas por Netflix tiene un especial encanto que se extraña de la televisión, quiero decir, su catálogo (tanto el gringo como el latinoamericano) está pleno en basura, pero por lo menos han tenido el buen tino de producir nuevas series cuyo efecto es inmediato como la heroína, te las comes completitas unos cuantos días, te aflojas y te pierdes. Y luego tienes que esperar un carajo de tiempo para que aparezca una nueva temporada que será devorada de igual forma.
Quizás el verdadero encanto de la narración prevalece en que su lenguaje audiovisual no es el de el televisión, por lo que no es necesario construir el guión a partir de tiempos comerciales (duración en minutos y cliffhangers para ir a comerciales y dejar en suspenso a la audiencia) y de ese modo, la historias se cuentan de un modo más fluido y no es necesario fortalecer esquemas narrativos que sólo terminan beneficiando a los anunciantes.
Mi único problema real con Netflix es la presentación de la información, a pesar de que el servicio «personaliza» tus preferencias lo único que logra con ello es impedirte acceder fácilmente a otros géneros que pudieran interesarte, eso y el hecho de que no tienen una categoría de «Producciones de Netflix» donde uno pudiera acceder de inmediato a sus series, documentales y filmes.
Salgamos del agujero.
Hace unos días era imposible quererme levantar a trabajar o escribir algo, una gripe me tumbó y sin energía y ganas de vivir me dispuse a ver uno de los estrenos producidos por nuestro servicio de streaming de confianza: Unbreakable Kimmy Schmidt.
Kimberly «Kimmy» Schmidt es rescatada junto a otras tres mujeres de un búnker, en el que permanecieron los últimos 15 años convencidas por un pastor de una secta que el mundo había terminado y que afuera solo habría mares de fuego, devastación y dolor. El hecho es que Kimmy y sus compañeras se perdieron de todos los grandes eventos de los últimos 15 años: la muerte de Whitney Houston o de Michael Jackson, las televisión digital y el HD, los reality shows y los smartphones, por lo que su mundo es básicamente el MTV de los noventas y las enseñanzas falsas de un fraudulento pastor. Kimmy y las otras tres «Mujeres topo» están en todas las noticias y en una de esas entrevistas ella se da cuenta que no quiere hacer de su historia la deuna trágica víctima, por lo que decide reinventarse, quedarse en Nueva York y empezar una nueva vida, pretendiendo que los últimos años nunca pasaron y este es sólo el inicio.
Unbrekable Kimmy Schmidt es una comedia babosa, ñoña y súper divertida, Tina Fey es una de las creadoras, por lo que el humor exagerado y los chistes simples se combinan y debo decir que algunos momentos sí son hilarantes. Ver a Kimmy tratar pasar desapercibida, como una persona normal que no se ha perdido de nada, lidiar con el post-trauma de haber estado encerrada y con el cerebro lavado y a sus 29 años no la han besado, no terminó la escuela, nunca ha trabajado ni tuvo oportunidad de convertirse en un adulto funcional. Además, el ensamble de personajes que acompañan a Kimmy resultan sumamente adorables al instante: el roommate aspirante a actor de Broadway, la casera perdida en sí misma y la fabulosa Jaqueline Vorhees quien contrata a Kimmy como niñera de su pequeño hijo y una muy cool hijastra adolescente, sin embargo Kimmy termina siendo más la niñera su propia jefa que de los niños.
Mientras esperamos la tercera temporada de Orange is the new black, Unbrekable Kimmy Schmidt nos hará felices, quizás mis únicos problemas con la serie sea que los episodios duran entre 22 y 28 minutos y que al parecer están tan confiados con que la serie se concibió desde un principio para dos temporadas que el final de la primera es como un coitus interruptus bastante incómodo, y aunque UKS sea tan chistosa y divertida como un rapidín, te deja con ganas de má; tienes sus momentos all american: estereotípicos y racistas y aún así es sumamente bien lograda, limpia y fabulosa.
Probablemente lo mejor de UKS sea su metáfora, no importa cómo hayas perdido el tiempo o qué hayas hecho con tu pasado y tus decisiones, cada día es un chance de volver a empezar sin ningún pedo. Además, para los nostálgicos de los noventas se sentirán bastante identificados con Kimmy pues básicamente para ella no ha existido otro mundo. 🙂