Sé que nunca voy a sentir
tanta magia dentro de mí.
Y sé muy bien que tal vez
no lo vuelva a ver mas que en mis sueños.– ¿Qué voy a hacer sin él?
- Gloria.
- Christian Keller.
- México 2015.
Escuchar cualquiera de las canciones de “Qué hago aquí” me provoca una melancolía automática, esa sensación prepúber de que nadie te entiende y que la visión de un mundo gris es deprimente, quita las esperanzas y se vuelve algo sumamente oscuro. La verdad, no existe un personaje tan oscuro en la industria del etretenimiento como Gloria Trevi, sus canciones siempre habrían estado plagadas de un sabor amargo y áspero como el de la sangre, sus éxitos radiales por el contrario vomitaban rebeldía y demostraban un alma aterrada, que solo podía escaparse a través de unas medias rotas y por los hoyos de unos zapatos viejos.
Con la esperanza de revivir esas emociones o por lo menos, de tener un trivial sábado con amigos, vi la película Gloria, un reverendo pastiche exhibido con la necesidad de saciar nuestro morbo con el retelling de una historia que mi generación mamó al máximo y sin piedad. Lamentablemente, Gloria no es un testimonio generacional ni mucho menos una película bien hecha, es divertidísima, emocionante y se ve bien, pero en realidad es una cinta floja, anacrónica y tal parece que los encargados de la manufctura tenían miedo de contar su propia historia.
De entrada el guión me parece en demasía algo fantasmal, oculta más de lo que quiere revelar y creo que le falta una visión cinematográfica, más parece un texto para serie de televisión, contando solo fragmentos de una historia que aunque todos nos sabemos no hay por que subestimar al público y asumir que ellos completarán los hoyos en la historia, además, tiene momentos rarísimos, poco verosímiles como cuando Sergio Andrade interrumpe un concierto y le da instrucciones al oído a Gloria, quien es un personaje que no está terminado, si es regiomontana, ¿dónde está su acento y su voz aguardientosa al cantar? Tampoco se ve una línea que divida a Gloria Treviño de Gloria Trevi. Por otra parte, al interpretar las canciones no se parece a la voz real, es más, no era necesario hacer una imitación sino una rendición, mucho menos lo era pedir a Sofía Espinosa que ella interpretase las canciones, cuando se pudo haber conseguido una voz más similar y simplemente hacer un playback bastante más decente.
El anacronismo incomoda muchísimo, la historia no está contada con los elementos temporales reales, incluyen a Ventaneando como un programa que se transmitía a la par de otros como Siempre en domingo, cuando hay una brecha de por lo menos 10 o más años entre ambos programas, se inserta a huevo en los ochentas la guerra de las televisoras que ocurrió hasta mediados de los noventa con el nacimiento de TV Azteca. Hay un momento en que Aline, una de las chicas del clan, habla con un tono fresísima y se refiere a sus colegas como “gooooooeeeeiiii”, expresión que se puso de moda en las niñas bien casi hasta los dosmíles, lo que hace parecer una mala improvisación o que si a alguien le pagaron por que el guión respetase momentos históricos verosímiles en realidad no hizo su chamba.
Molesta muchísimo que en realidad los únicos dos personajes que se toman en serio son Gloria y Sergio, el resto son modelos caricaturizados hechos a prueba de fallos para evitar ser demandados, aunque en realidad Mary Boquitas, la sombra indeleble del clan también tiene grandes y discretos momentos, sobre todo porque es la que mejor interpretada está. No tengo el gusto de conocer al señor Sergio Andrade (y no estoy seguro de querer hacerlo), pero puede alguien decirme si en realidad, ¿es taaaaaan fresa? Neta goei.
El resto de los personajes como Paty Chapoy, Ricardo Salinas Pliego o Raúl Velasco son meras parodias, que arrancan muchas risas, pero me parece chafa confiarse de un humor tan básico, dejando personajes que son caricaturas mal dibujadas que no puedes tomarte en serio. Paty queda reflejada solo como una anorgásmica odiosa que no tiene sentido, que sólo se ve como una perra envidiosa sin un transfondo (se cuenta, que Paty Chapoy tuvo momentos con Sergio Andrade, y que de ahí surgió la complicada relación). El momento del debut de Gloria en Siempre en Domingo es realmente divertido, aunque de nuevo, solo parece una parodia temerosa que no termina de contar las cosas y deja una anécdota tibia y victimizante. Provoca risas, pero como reírse de palabras como pene o vagina, es decir, es atrevida de clóset, es mediana, se tiene miedo a sí misma, a que alguien se sienta juzgado, mal mirado o convertido en villano por tener intereses propios. En resumen, le faltan huevos.
Por otra parte, y a nivel de fan de Gloria Trevi, me parece que el manejo de la música es sumamente básico y decepcionante, de entrada porque las grabaciones suenan a malas copias de karaoke o interpretaciones más dignas de La Academia; a nivel de guión, no se entienden algunas interpretaciones, ¿son fantasías de Gloria o un videoclip metido a fuerza?
Creo que se pudieron haber creado versiones instrumentales para dramatizar, los fans hubieran tarareado como tarados esas melodías fáciles de reconocer, tal vez diferentes interpretaciones, invitar a otros cantantes y bandas a hacer covers y colocarlos de fondo, incluso no era necesario solo incluir canciones de Gloria Trevi, como momento histórico se pudo bien musicalizar con canciones de la época. Incluso hubiera quedado satisfecho con versiones actualizadas de las canciones utilizadas, mismas que en su mayoría son los grandes hits radiales de la Trevi y no necesariamente sus canciones más representativas o las que más reflejan los estados anímicos del personaje, o bien si la música era una especie de válvula de escape en ella que relataba el infierno al rededor, no se expresa musicalmente ese lado tan oscuro que sirvió a una generación como salvavidas.
Al final, después del morbo y las torcidas relaciones del clan, Gloria queda reflejada como la víctima perfecta: una artista, es sensible y su único error fue enamorarse del hombre equivocado (a todos nos pasa). Nunca como un perversa, ese papel se lo adueñan bien las adolescentes que integraban el clan, quienes resultan más cabronas que el mismo Sergio y se convierten en víctimas de abuso para adueñarse de la fortuna de Gloria; al final la cinta resulta más un ensayo sin terminar, que confía en que su público llenará y asumirá el resto de los hechos que no se cuentan en la cinta, pero para alguien que no conozca el caso (es decir, cualquiera que no sea mexicano) parecerá una película incompleta y rara que nunca terminaría de explicar por qué Gloria Trev fue definitiva para una generación, cuando hablar de género, sexualidad, drogas y alcohol no podía ser abordado más que por personajes pseudo-inteligentes en forma de payasos, como Gloria o Brozo, mientras que las buenas costumbres y la censura se mostraban en forma de glamour y elegancia.
Aunque pudo ser más una cinta sobre la televisión mexicana y sus complicadas relaciones de interés, la trata de blancas en la industria del entretenimiento (el caso queda como un hecho único y aislado) o incluso poner en la mesa el debate sobre el abuso de menores o incluso, colocar a menores como las verdaderas abusadoras, el ensayo de la cinta no cuaja nunca, se acaba el tiempo en pantalla y se resumen los siguientes diez años hasta el presente en tan solo dos frases; hoy, nos quedamos con la versión descafeinada de Gloria Trevi, convertida en diva gay porque es lo hacen las que quieren ser transgresoras medianas y políticamente correctas, su parte oscura ahora está encubierta por lentejuelas y maquillaje de vestida.
Es evidente, que el escándalo del clan, es y será por mucho tiempo el más rentable de nuestra época, que no existe hasta el momento otro personaje como Gloria Trevi y que aunque la caja de Pandora lleva abierta ya varios años nos queda claro que todavía no termina de salir todos los monstruos que ahí se ocultan.
Me gusta la manera como escribes. He leído algunos de tus artículos y son muy atinados. Tu visión de la película es muy atinada.
¡Felicidades!
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